Cada vez hay más
tecnología, más aparatos, más diccionarios. Sin embargo, los seres humanos nos
perdemos en las palabras. Quizá un "Te odio" sea en verdad un
"Te amo" adolorido. Un "No me esperes", el deseo de que
alguien te diga "Ven, me importas". Un "¿Quieres irte?", la
invitación a que te quedes.
Quizá,
al final, después de haber probado tanta comunicación, sólo nos quede esa
brújula silenciosa que casi nunca falla: el contacto de ojos y silencio.
Aquello llamado intuición...
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